Ranchera es un género musical popular de la música mexicana.
Sus orígenes datan del siglo XIX, pero fue desarrollado en el teatro nacionalista del período post-revolucionario de
1910 y se convirtió en el ícono de la expresión popular de México, un símbolo del país, que fue difundo con gran éxito
por varios países latinoamericanos especialmente gracias al cine mexicano de las décadas de 1940, 1950
y 1960,
causando profundo arraigo entre los sectores populares y medios.
Los cantantes profesionales de este género desarrollaron un estilo extremadamente emocional, una de cuyas
características consiste en sostener largamente una nota al final de una estrofa o línea, culminando en una "terminación
fundida".
En cuanto a las letras, predominaron en un comienzo las historias populares relacionadas con la Revolución
mexicana, la vida campesina, los caballos, la familia, los bares y cantinas y las tragedias amorosas. Posteriormente las
temáticas se han centrado especialmente en el amor de pareja y como sucede con todo ritmo que se "internacionaliza",
su capacidad para contar historias populares se ha debilitado
por cuenta de la presión de los productores musicales.
Las rancheras han llegado a ser uno de los géneros más representativos de la música latinoamericana, evolucionando
desde el escenario local y campesino hasta la conquista internacional.
Representantes famosos
del género han sido por ejemplo José Alfredo Jiménez, Pedro Vargas, Pedro Infante, Javier
Solís, Jorge Negrete, Antonio Aguilar (años 50-70) y en las décadas de 1980-90 Vicente Fernández su hijo Alejandro
Fernández, Juan Gabriel y Pepe Aguilar. Entre las damas, se destacan Lola Beltrán, Flor Silvestre, Lucha Villa, Amalia
Mendoza, Yolanda del Río y Rocío Dúrcal.